15/8/08

Perspectiva

La comedia es tragedia más tiempo, nada más sabio. El tiempo convierte las cosas en otras, les da perspectiva, y bajo la perspectiva casi todo se vuelve diferente, menos grave, más simple, nada trágico.

Todavía recuerdo cuando creía que pelear con una amiga era el fin del mundo o que iba a ser infeliz de por vida debido a esos infortunados amores de adolescencia. Hoy a la perspectiva sólo son evidencias del desgaste en su momento y la sobredimensión de las cosas, así me di cuenta lo impresentable y ridícula que podía llegar a ser (lo que no está mal, conocí mis límites más bajos).

Para darme cuenta de eso, necesité algunos años, pero ahora, afinándome en la técnica de tomar distancia (es engañosa, y nunca se llega a ser un experto), procuro hacer los procesos un poco más rápido. Así fue como dos horas después de que me hubieran robado, estaba muerta de la risa (y no nerviosa) en la estación de policía haciendo la denuncia. Sólo necesité dos horas para convertirlo en una tragicomedia, porque para esos días, no había bien que por mal no viniera.

Y esa ha sido mi política de vida, procurar distanciarme de mis “pequeñas tragedias” para poder reírme de ellas, no hacer de mi vida un eterno drama, porque no quiero ser ni parecer una adicta a la desgracia.

Me ha costado mucho trabajo, no ha sido fácil, especialmente si tenemos en cuenta que fui criada entre culebrones venecos y mexicanos, y mi ídolo de infancia era Llorónica Castro. Cuando uno ha aprendido esa dinámica de vida, cree que así “debe ser” la vida, y asume el rol de protagonista de su propia novela armando escenas, rompiendo platos y arrodillándose en la calle para preguntarle a Dios, por qué, por qué a mi que soy tan buena?.

Todavía tengo vestigios de esa educación y mi actriz interna me traiciona de vez en cuando, y me escucho a mi misma dando cantaleta, siendo esa mujer que no quiero ser. Luego me basta un rato para restarle importancia al asunto, y otra vez, avergonzarme por mi comportamiento. Todavía no afino bien lo de la ansiedad, y los impulsos me traicionan.

Este es mi acto de contrición. Mi propósito de enmienda: mantenerme alejada de quienes me convierten en vieja loca, y respirar y contar hasta diez, hasta que todo se haya convertido en comedia.

No hay comentarios: