1/4/12

La carpeta del bar

Nadie me avisó que los sitios tienen límite de recuerdos. Son como un folder, al que no se le puede agregar una hoja más porque no cierra bien, porque la hoja se resbala, se cae.
Así mismo es ese bar, mi bar, es como que está saturado, y como me gusta mucho, insisto, pero el gancho no aguanta una hoja más. Lo lógico sería sacar de las de abajo, de las más viejas, ¿no? Pero resulta que les tengo tanto cariño: son de la mejor colección, de papel especial, de colores y entramado, de ese que envejece divinamente. Supongo que como todo no se puede tener, tengo que resignarme y aferrarme a los recuerdos y buscar abrir un nuevo folder.

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